Venir a Islandia es comer bacalao seco, tiburón fermentado, cordero y chocolate con regaliz. Eso todo el mundo lo sabe. Y por supuesto hay que venir y comer lo típico. ¿Pero no te apetece comer sano, rico, ecológico y encima original? A nosotros sí que nos apetecía así que fuimos a descubrir cómo es el restaurante Fridheimar ya que está dentro de un invernadero. Sí, sí, es comer en un vivero en Islandia.
Así que este es un restaurante donde el principal ingrediente es… ¡Adivina! El tomate. 🙂 Absolutamente todo lleva tomate (excepto el pan). Por cierto, no sé si lo sabías pero existen más de 10.000 variedades de tomates en el mundo, así que habrá mucha gente en el mundo que lo ame. La producción anual de esta empresa es de unas impresionantes 300 toneladas de tomates, ¡el 18% del mercado de tomates de Islandia!
A nosotros lo que nos sorprendió es primero que al estar muy cerca de Geysir (forma parte de la guía turística del Círculo Dorado de Islandia) es un sitio que adoran los turistas y había bastante gente (es verdad que hemos ido en agosto). ¡Así que ni se te ocurra ir sin reservar! (Tel: +354 897-1915 o por email: fridheimar@fridheimar.is)
Por cierto ya que imaginamos que estás en Reykjavik tienes que visitar la ciudad. ¡Por supuesto! A nosotros nos encanta la posibilidad de ver ballenas que nosotros las vimos con Special Tours y tenemos un 10% de descuento si usas el código “EUSKADIZ”), el museo de las ballenas, el Perlan y el Fly Over en la capital. Pero también te puedes alquilar un coche (pincha AQUÍ para que te lleve al buscador desde donde siempre buscamos nosotros) y recorrer este maravilloso país. Por ejemplo puedes ver sus famosas montañas de colores, el Círculo Dorado (es un imprescindible), puedes hacer una excursión a Snaefellsnes o hacer una excursión por los glaciares y cascadas del sur de Islandia.
Y si quieres viajar y más en estos tiempos… Es super importante que lo hagas con un SEGURO DE VIAJES. Imagínate que a última hora no puedes viajar, que te pones enfermo, te pierden la maleta, tienes una caída… Te pueden pasar taaaantas cosas… Y nosotros solo te vamos a recomendar Chapka. AQUÍ TIENES UN ENLACE PARA QUE TE HAGAN UN DESCUENTO DE NUESTRA PARTE.
UN VISTAZO RÁPIDO
Sabemos que hay muchos de vosotros que les gusta tener las coordenadas de los sitios… Así que aquí van las coordenadas del restaurante Fridheimar (Latitude: 64° 10′ 38.892″ N Longitude: 20° 26′ 40.8048″ W). El caso es que está a unos 20 kilómetros del géiser Strokkur y pertenece a la ciudad de Reykholt, a unos 100 kilómetros al noreste de la capital (Reykjavik) y como te hemos comentado se encuentra en el popular Círculo Dorado. Así que no tiene pérdida. Es un sitio perfecto para comer si estás haciendo la ruta del Círculo Dorado, la verdad.
En 1995 , Knútur y Helena (los dueños) compraron la granja Friðheimar, con el objetivo de combinar sus pasiones: los caballos y la horticultura. La granja ya tenía dos invernaderos y una casa grande estaba desocupada. El caso es que la horticultura con agua caliente natural comenzó en Friðheimar en 1946. ¡Así que sabían que los tomates iban a seguir dándose bien!
Desde 1995 hasta el 2001 lo que hicieron fue construir el invernadero de más de 1000 m². Y es a partir del 2002 cuando empiezan a cultivar tomates todo el año después de hacer muchas investigaciones en Finlandia (allí eran unos expertos desde hacía años).
En 2007 es cuando construyen el centro ecuestre que tienen (20 caballos) y un ruedo al aire libre para 120 espectadores (que nosotros no hemos visitado) y después empezaron las visitas a los invernaderos. Es en 2012 cuando empiezan a desarrollar los productos a base de tomate y pepino, y en 2013 abrieron la tienda para vender sus productos, haciendo la venta online en 2014.
El restaurante Fridheimar está abierto de 12 a 16 todos los días, durante todo el año. O sea, que no vas a poder ir a cenar, tienes que tenerlo en cuenta. Eso sí, allí no sólo puedes ir a comer, sino que puedes tener una experiencia gastronómica en grupo ( de 10 personas o más) por ejemplo. Lo que se hace es que te dan una charla sobre los procesos de la horticultura de invernadero mientras te comes unos tomatitos cherries que están bueniiiisimos. (tienen hasta 4 variedades diferentes de tomates). Y también puedes ver a las abejitas que trabajan duro para poder obtener esos tomates tan ricos.
Por cierto, las visitas al invernadero y los espectáculos ecuestres deben reservarse con anticipación por correo o por teléfono (+354) 486 8894.
Toda planta necesita luz, calor, agua, nutrientes, CO2 y cuidados. Así que en este invernadero la luz atraviesa el fino cristal y se complementa con lámparas. La electricidad para esto proviene principalmente de centrales hidroeléctricas y geotermales y el invernadero se calienta con agua caliente a 95 ° C del suelo, que se obtiene de un pozo. Fluye a través de los sistemas de tuberías y, por lo tanto, proporciona el calor necesario. Además lo que también ayuda es que el suelo volcánico y el CO2 de fuentes de vapor alimentan a las plantas.
Pero no te creas para nada que todo esto es rustico. Cada invernadero está controlado por ordenador. Nos contaron que cuando los dueños se van de vacaciones pueden ver perfectamente cómo van sus plantitas. Y lo que más nos gusta es que la recogida se hace a mano y que no se utilizan pesticidas. Si es necesario, se usa un insecto depredador que se come las plagas.
Pero lo interesante es que no hay que acomodarse. Knútur y Helena fueron los primeros productores, por ejemplo, en cultivar tomates “pera” y tomates “cóctel Flavorino” en Islandia durante todo el año. Más tarde introdujeron el tomate “Piccolo” (que es el que nosotros llamamos “cherrie”.
Así que de tanto emprender y de tanto estudiar, en 2009 fueron galardonados con “el Premio de Incentivo” de la Universidad Agrícola de Islandia y en 2010 fueron elegidos “Productores del Año” por la Asociación de Comercialización Hortícola. En 2011 recibieron la Recompensa de Fomento de “Farm Holidays”.
Desde luego, Islandia es una tierra de oportunidades y mucha gente va a trabajar allí en verano, pero en esta empresa como producen tomates todo el año, puedes estar todo el año. Así que en el restaurante Fridheimar puedes trabajar desde camarero hasta recolector de tomates, o trabajar con los caballos. Si te interesa cómo es el proceso de recogida de tomate (en el caso que quieras trabajar allí te lo contamos)
En el invernadero del vivero se siembran las semillas y las plantas crecen en macetas allí las primeras seis semanas, con riego automático. Cuando las plantas se trasplantan al invernadero, están floreciendo en el primer racimo, y de siete a ocho semanas después, los primeros tomates se tiñen de rojo. Los tomates se cultivan en césped y las plantas se renuevan dos veces al año. Como el cultivo tarda mucho en dar sus frutos, se utiliza un sistema de intercalado: las plantas jóvenes se plantan entre las plantas más viejas, y los dos crecen uno al lado del otro durante siete u ocho semanas.
El pozo del que te hablábamos antes está a 200 metros de los invernaderos y el agua fluye hacia ellos a unos 95°. La verdad es que se necesita una gran cantidad de agua caliente: ¡100,000 toneladas por año! Y el agua fría pura utilizada para el riego proviene de la misma fuente que el suministro de agua de la familia. No sé si lo sabías pero los tomates contienen aproximadamente un 90 % de agua, así que la calidad del agua de riego es muy importante.
Cada invernadero está equipado con un sistema informático de control climático de temperatura, humedad, dióxido de carbono e iluminación. El ordenador está conectado con un mezclador de fertilizantes, que riega el cultivo de acuerdo con un sistema programado. En el techo, hay una unidad de observación meteorológica que proporciona datos sobre la velocidad y la dirección del viento, la temperatura y la luz. Cuando sale el sol y la luz natural alcanza un cierto nivel, y es entonces cuando las luces se apagan automáticamente y se vuelven a encender cuando el nivel de luz desciende. Todos los sistemas están vinculados a una ordenador central conectada a Internet. ¿No te parece fascinante?
Y si te gustan los animales, además de caballos también tienen el “palacio de las gallinas” donde viven diez gallinas desde el 2010. Si vas allí a trabajar te quedas a dormir en Friðheimahjáleiga, muy cerca del trabajo.
Ya sabes que en todos los platos va a estar el invitado estrella que es el tomate, ¿pero te haces una idea de la cantidad de platos que se pueden hacer con tomate? Lo cierto, es que aunque vayas en invierno a el restaurante Fridheimar (y en Islandia hace un frío que pela) al estar tan calentitos en el restaurante (procura llevar ropa en plan cebolla con muchas capas), el olor a planta y a tomate, mi cerebro lo relaciona con el verano, así que era una sensación de lo más agradable estar comiendo allí pidas lo que pidas. Es muy famoso su pan (con queso fundido y aceitunas y como de pueblo) y también la salsa de pepino.
Dentro del invernadero, a la entrada, hay una pequeña tienda de productos hechos con tomate. Aquí puedes comprar mermelada de tomate, salsas de tomate, salsa de pepino y tomates recién cosechados. Su famosa salsa de pepino cuesta 1320 coronas islandesas y por ejemplo un bote con su famosa sopa de tomate cuesta 1950 coronas.
La visita del restaurante Fridheimar se puede combinar como sabes con el Círculo Dorado, sobre todo con el famoso Géiser, que es lo que está más cerca (a unos 20 kilómetros). Lo ideal es que pares a comer en el invernadero, y luego vayas al Géiser, y acabes en la cascada de Gullfoss que está solo a 30 kilómetros. ¡Planazo!