Viajar a Atenas es viajar en el tiempo a una época en la que el mundo era totalmente distinto. Por eso tendrás que saber qué ver en un viaje a Atenas porque la civilización occidental actual empezó a dar sus primeros pasos en esa Grecia clásica donde quizá, tal y como hemos leído en algún lado, “no se creó todo, pero sí se empezó a hablar de todo”. La dialética, la democracia, la política…
UN VISTAZO RÁPIDO
El mundo griego ha dejado muchos nombre para la historia. De Pericles a Aristóteles, de Leónidas a Homero, de Alejandro Magno a Aristóteles… Y eso sin entrar a hablar de grandes batallas que empezaron a darle sentido al concepto de la épica. Un calificativo que en los últimos años se utiliza con una facilidad que casi lo vacía de significado. Pero mencionar las Termópilas o Troya pone los pelos de punta a cualquiera.
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Y mucho de todo eso y muchísimas cosas más (sí, algunas de las mencionadas están fuera de la Grecia actual) nos llevan irremediablemente a Atenas. Qué ver en un viaje a Atenas por ello es interesante tanto la parte moderna como la antigua que brilla entre sus edificios de mármol y la sombría de unas infraestructuras que tienen que mejorar para estar a la altura de lo que se espera de un gran destino turísimo del siglo XXI. Sin embargo, esa decadencia actual hace que sobresalga el esplendor de siglos atrás. Y la combinación convierte a Atenas en una ciudad que no deja impasible al viajero.
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Cuando piensas en qué ver en un viaje a Atenas seguro que piensas en su clima. En Atenas en verano hace mucho calor y el clima es seco. Mientras el invierno es frío, ventoso y parcialmente nublado. Así que la temperatura en Atenas varía entre los 5 y los 33 grados. Además no suele bajar de un grado ni subir más de 36 por lo que aconsejamos como siempre visitarla en junio o septiembre. ¡Pocos turistas y buena temperatura!
Atenas sin duda es un lugar para quedarse a dormir y hay una infinidad de sitios que os recomendamos porque están muy bien de precio y además son agradables porque sabemos que quieres saber qué ver en un viaje a Atenas pero dormir hay que dormir. Os dejamos aquí nuestros hoteles preferidos de Atenas: CIRCLE INN, BED IN ATHENS, MAISON 66 DE RIVIERA HOTELS y EL HOTEL ATHENSOTEL
Atenas es una ciudad con algo menos de un millón de habitantes, pero su área metropolitana abarca a algo más de cuatro. Si a eso se le añade que no hay bloques altísimos de viviendas, la urbe se extiende por un área enorme difícil de abarcar. Sin embargo, lo más reseñable gira en torno al centro y ahí te vamos a presentar diez imprescindibles de su visita a la capital griega. Bueno, para uno de ellos sí tendrás que salir, pero merecerá la pena.
El Partenón es el edificio más visitado de Grecia
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Dando un paseo por Atenas cuesta no tropezarse con restos de la monumentalidad de lo que fue esta ciudad hace cientos, miles, de años. Cuesta imaginar cómo han sido capaces de construir el metro teniendo en cuenta que cada vez que utilizas una excavadora aparecen ruinas de edificios o infraestructuras de alrededor de 3.000 años de antigüedad.
Obviamente la Acrópolis destaca por encima de cualquier otra cosa. Es algo fundamental qué ver en un viaje a Atenas. Literalmente significa “la ciudad alta”. Elevada sobre el resto, protegida de los asaltantes y dedicada a Atenas, la protectora de la ciudad. El Partenón no es el templo más grande y posiblemente tampoco el más impresionante en sí mismo. Pero su ubicación, su mística e incluso la desgracia de que lo bombardearan le da un aura que impresiona. Junto a él permanece el Erecteion y las cariátides, esas columnas con forma de mujer, que supusieron una revolución en el panorama artístico y arquitectónico de la época.
Además, la subida hasta la propia Acrópolis ya merece la pena en sí misma. Pasando por el Teatro de Dionisos y el Hodeón romano se llega hasta la serpenteante entrada y después te das de bruces con el templo de los templos. Es absolutamente impactante.
Y las vistas de la ciudad desde lo alto son como para quedarse embobado. De hecho, no es mal plan quedarse un par de horas por allí, simplemente mirando la vida pasar con la marea de turistas que pasa por ahí o asomado hacia la ciudad que se extiende debajo de los muros desde las lejanas montañas hasta el mar.
El mayor templo de todos es el dedicado a Zeus. No podía ser de otra manera. ¿Acaso no es Zeus el dios de los dioses? Casi 100 metros de largo, 40 de ancho y 104 columnas convertían al Templo de Zeus Olímpico en algo digno de semejante deidad. Eso sí hoy en día sólo quedan quince de aquellas columnas, pero con sus 15 metros de altura te hacen sentir absolutamente diminuto.
Cuentan que se tardó en construir la friolera de siete siglos y que fue bajo el gobierno del Emperador Adriano cuando se terminó. Adriano, muy por la causa, mandó levantar una estatua de Zeus en oro y marfil. Y después recordó que los dioses estaban bien, pero que él era el emperador, así que mandó construir otra de sí mismo para ponerla al lado. Cosas de emperadores…
Entre las columnas del Templo de Zeus se ve la Acrópolis
Los Juegos (así con mayúscula) son algo tan griego como el yogurt. Allá por el siglo IV a. C. se construyó el Estadio Panatenaico en madera para competiciones deportivas anuales con motivo de las Panateneas, unas celebraciones religiosas. Y de madera fue hasta que durante la segunda mitad del siglo XIX se transformó en el Estadio Kallimarmaro, un monumental recinto de mármol blanco.
El escenario se utilizó como sede de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna en 1896 e incluso se volvieron a usar en los Juegos de 2004 para algunas pruebas como las de tiro con arco. Cuando lo visitas puedes sentirte como un verdadero atleta porque, aunque en otros monumentos tienes que andar con cuidado de mostrar un respeto a veces incluso exagerado cuando te sacas una foto, aquí podrás correr por la pista de atletismo, subirte a un podium, posar como Usain Bolt o prácticamente lo que quieras.
Por cierto, al fondo hay un túnel que sube hasta una pequeña exposición donde ver los carteles anunciadores de todas las ediciones de los Juegos desde 1896 hasta hoy en día y las antorchas utilizadas para llevar el fuego olímpico desde que se recuperó esa tradición en Berlín’36.
El Estadio Kallimarmaro
Si de repente necesitas un respiro de “ver piedra”, Atenas ofrece muchas alternativas en sus callejuelas, barrios como el anarquista Exacheia, restaurantes de postín, comida en cada esquina, actividades culturales y curiosidades de todo tipo. Y como sabemos que te gusta lo gratis, aquí te dejamos este FREE TOUR para que veas Atenas.
El barrio de Plaka es uno de los lugares más turísticos de la ciudad y por supuesto que es un must en cuanto a qué ver en un viaje a Atenas, así que tienes que pasear con una cierta tranquilidad mientras se mira escaparates de tiendas de recuerdos o se busca el rinconcito más interesante para tomar algo. Quizá incluso tengas la posibilidad de escuchar música en directo en alguna esquina. Es muy habitual encontrar músicos que te dan ganas de ponerte a bailar como Anthony Queen en “Zorba el griego”.
Si aún guardas fuerzas en las piernas, empieza a subir en dirección, cómo no, de la Acrópolis. Pero no para llegar a ella, sino para chocarte con su pared. Allí se encuentra Anafiotika, un pequeño barrio con apenas medio centenar de casitas blancas. Su nombre deriva de la isla de Anafi. De allí llegaron un buen número de constructores, que para sentirse como en su hogar, levantaron sus casas a imagen y semejanza de las que habían dejado atrás en la isla. El paisaje es muy peculiar, pero tendrás de verdad la sensación de haber salido de la ciudad, a pesar de estar a tan sólo 200 metros.
El barrio de Monastiraki es, por excelencia, el de los turistas. Ojo porque esto también significa que los carteristas campan por cada esquina. Más allá de eso, concentra la mayor cantidad de restaurantes y tiendas de souvenirs de toda la ciudad. Así que si quieres hacer alguna compra es el lugar ideal. Seguramente sea un poco más caro que en otros sitios, pero cuando a la vuelta siempre podrás decir que lo compraste allí.
Los restaurantes presumen de calidad y el precio parece indicar que estará más que justificado. Sin embargo, ya sabemos que cuando lo único que se piensa es en alimentar a turistas de paso… pues eso… hay algunos buenos establecimientos, pero habrá que investigar. Si eliges a la carrera es posible que te cacen en alguna de esas trampas para turistas tan habituales en los lugares de concentracion de visitantes.
También hay lugares de visita interesante: la Biblioteca de Adriano, la Mezquita de Tzisdarakis, el Templo de Hefesto en el Ágora… Por cierto, ver pasar el metro cubierto completamente de graffitis por delante del Mercado del Ágora es como mínimo impactante.
Los griegos son unos locos (casi siempre en sentido positivo) del deporte. Por eso, si te gusta el fútbol tienes una visita obligada a uno de los estadios para ver en directo un partido. Es más, si no te gusta el fútbol seguramente también se obligatorio. El ambiente que se respira es descomunal. Eso sí, vigila muy bien como te vistes ese día, no vaya a ser que te presentes en el campo vestido con los colores del equipo visitante…
Los dos equipos más importantes de Atenas son el AEK y el Panathinakos, pero el club más laureado del país es el Olympiacos. En realidad este último no está en Atenas, sino en El Pireo, pero se llega al estadio en apenas 20 minutos, así que a efectos prácticos es como si lo estuviera.
Si de verdad, no puedes soportar ni un poquito el fútbol, entonces apuesta por el baloncesto. El nivel futbolístico no es muy alto, pero el baloncestístico es de los más alto de Europa y el ambiente también es tremendo. Es una gran opción también.
Estadio Karaiskaki donde juega el Olympiacos
Delante del Parlamento en la famosa Plaza Syntagma se encuentra el monumento al soldado desconocido. Hasta ahí todo muy normal, como tantos otros. Lo llamativo es que el memorial está vigilado por dos soldados ezvones vestidos de arriba abajo como los rebeldes griegos que lucharon contra los turcos por la independencia. Por lo que te imaginaras es algo qué ver en un viaje a Atenas.
Cada hora llegan a dar el relevo y se convierte en un espectáculo digno de ver. La movimientos coreografiados son sorprendentes. La forma en que levantas las piernas al caminar, cómo quedan en equilibrio sobre un solo pie o el golpeo con los zapatos sobre el suelo son dignos de observar. Es fácil ver que a las horas menos cinco paren en la plaza cuatro o cinco autobuses de turistas para no perder detalle.
El Parlamento griego visto desde la Plaza Syntagma
Grecia es comida mediterránea para enmarcar. Ensaladas, pescado, verduras, aceite de oliva… Comer en Atenas es un placer y haremos un artículos detallando los diez imprescindibles que no puedes pasar por alto. Por ahora baste con mencionar lo primero de todo el yogurt. Sí, de verdad que sí, es el mejor que hemos comido nunca. También hay que poner en un puesto importante a la moussaka, al dakos, los souvlakis, el sencillo gyros o las mousses de queso o lentejas… Y la lista sigue casi hasta el infinito.
Y con tanto comer te habrá entrado sed ¿verdad? Hay tres cervezas que son las más bebidas: Mythos, Fix y Alpha. Es cuestión de que las pruebes y elijas la que más te gusta. Si prefieres el vino, el blanco es la estrella en Grecia. Y, por último, si quieres un chupito para brindar o un digestivo después de una comida copiosa apunta el ouzo, el raki o el tsipouro. De todas formas, toma uno y listo ¡eh! A partir del segundo…
Ya hemos mencionado la Acrópolis como un lugar donde, además de visitar el mayor monumento de la antigüedad griega, se pueden observar unas vistas fantásticas de Atenas. Sin embargo, hemos querido rescatar dos lugares que no pueden faltar en un recorrido por breve que sea de la capital helena.
Atenas es una ciudad bastante llana, pero de repente le salen colinas por varios lugares. De hecho, la propia Acrópolis es el mejor ejemplo. Lo bueno de esos pequeños montes es que te ofrece distintas perspectivas y cada uno tiene su favorito. Sin embargo, posiblemente el mejor de mirador de todos es el del Monte Lycabetos y por eso se convierte en algo que ver en un viaje a Atenas
Este pequeño monte es el más elevado de Atenas y tiene la posición ideal para disfrutar de un atardecer magnífico con el sol poniéndose por detrás del Partenón. Espectacular. El único inconveniente es que en temporada alta o los fines de semana se pone hasta arriba de gente y te costará encontrar un hueco donde estar a gusto. Aun así, las vistas son fantásticas.
Se puede subir en funicular, pero el servicio es lento y no precisamente barato. Tanto es así que subir y bajar en taxi sale más barato si sois al menos dos personas.
Vistas de la Acrópolis y toda Atenas desde el Monte Lycabeto
El Cabo Sounio (o Sounion) no está en Atenas, sino a una hora más o menos de coche desde el centro de la capital. Sin embago, es una visita imprescindible a todas luces. Presume de tener el atardecer más bonito de toda Grecia. Quizá sean palabras mayores, pero desde luego ver el atardecer allí te deja con la boca abierta. Es un saliente en el que se ubica el Templo de Poseidón (el templo que salía en el famoso anuncio de “jroña que jroña”) y el sol se pone por el mar rodeado de pequeñas isla y dejando las columnas del templo con un color dorado de película.
Templo de Poseidón en el Cabo Sounio
Para llegar hay algunos autobuses, pero nuestra recomendación es alquilar un coche porque, ya que vas hasta allí, si vas por tu cuenta podrás hacer alguna parada para pegarte un baño en cualquiera de las calas que encontrarás en el camino o comer en lugares no tan turísticos y donde encontrarás más calidad y menos precio.
4 Comments
Menos el fútbol que no me gusta lo hice todo, y también ver el cementerio Kerameikos, de la Antigua Grecia ¡una pasada! No conecté demasiado con Atenas, también fue hace muchos años y justo después de conocer Roma… Así que creo que le tengo que dar una segunda oportunidad, a ver si puedo volver a Grecia pronto ¡su comida me encanta! Un abrazo
Nosotros sólo estuvimos en Atenas unas pocas horas, durante la escala de un crucero, así que nos quedan por ver muchísimas cosas de las que comentáis. Por más prisa que nos dimos, no llegamos a ver el cambio de guardia en el Parlamento, así que tenemos pendiente una segunda visita a Atenas para disfrutar la ciudad más tranquilamente. ?
Saludos.
La ciudad de Atenas es un lugar que tengo muchas ganas de conocer. Aunque ahora que está en obras del frontón oeste del Partenón, creo que esperaré un pelín para ir y visitarla sin andamios 😀
Un saludote.
Pues sí… ¡Mucho mejor sin andamios! Un abrazo