Las ruinas de la ciudad maya de Tikal es una de esas visitas imprescindibles. Pero no cuando se visita Guatemala. No. Es una visita imprescindible que se debe hacer una vez en la vida y por eso tienes que saber cómo llegar a Tikal en Guatemala. La majestuosidad de sus templos y pirámides cubiertos por siglos de naturaleza dan buena cuenta de lo que fue la civilización maya, aunque ofrece seguramente más preguntas que respuestas.
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La población de Tikal experimentó un crecimiento continuo, a partir del Período Preclásico (aproximadamente entre el 2000 a. C. y el 200 d. C.), alcanzando su pico en el Clásico Tardío, con un crecimiento rápido entre el 700 y el 830 d. ¡Y todo ese explendor se puede seguir visitando! ¿No es una maravilla?
¿Por qué decidieron los antiguos mayas construir en ese preciso lugar una ciudad tan impresionante? ¿Cuántas personas llegaron a vivir allí? ¿Por qué acabó abandonada la ciudad? ¿Fue responsabilidad como en tantos casos de los conquistadores europeos? Antes de nada tenemos que decirte por si no lo sabes que Tikal está ubicada en el municipio de Flores en el departamento de Petén. Y te vamos a contar cómo llegar a Tikal en Guatemala de diferentes formas.
Y para que te ubiques exactamente… Tikal está de Ciudad de Guatemala a 527 kilómetros que en teoría deberías llegar en 8 horas, pero el estado de las carreteras en Guatemala te impedirá hacerlo en ese tiempo. Tikal por ejemplo está a 200 kilómetros de Belice (en circunstancias normales se llegaría en 4 horas).
Posiblemente cuando el viajero termina la visita, si ha sido acompañado por un buen guía local, conozca mucho más sobre Tikal de lo que pudiera imaginar. Sin embargo, también se quedará con la pena de descubrir que, por mucho trabajo que se haga en las ruinas, muchos aspectos nunca tendrán una respuesta. Eso sí, la carga de energía que desprende el lugar lo acompañará durante un tiempo. Al menos es lo que nos pasó a todos en el viaje en grupo que realizamos en 2019. Si quieres saber si hay disponible alguna aventura en grupo próximamente, haz clic aquí.
UN VISTAZO RÁPIDO
Durante siglos la ciudad de Tikal fue una de las más importantes de la civilización maya. De hecho, hay quien se refiere a este núcleo urbano como el corazón del mundo maya. No sólo se trata de la capacidad de imponerse que tuvo como ciudad, sino de su situación estratégica en el mapa maya ya que se encuentra exactamente en el centro.
Se han encontrado vestigios de presencia humana en la zona desde aproximadamente el año 700 ac. Los materiales existentes en el área, pequeños lagos y un clima benigno en esa zona de Guatemala permitieron no sólo el asentamiento, sino también un desarrollo rápido.
Aproximadamente para el 200 ac la ciudad ya tenía el reconocimiento como núcleo cultural, religioso y militar y la mejor prueba es que la zona que hoy se conoce como Acrópolis norte contaba con importantes edificios de los que hoy se han encontrado pruebas evidentes. De todas formas, lo que hoy vemos allí poco o nada tiene que ver con cómo era entonces puesto que los mayas, como casi todas las civilizaciones construyeron y reconstruyeron constantemente sus propias ciudades.
La vida en Tikal no era pacífica y amable. Ni mucho menos. La rivalidad entre distintas ciudades y pequeño reinos hacía que la guerra fuera parte del día a día. Sin embargo, su situación estratégica y poder usar el área como cantera para la construcción de edificios y la elaboración de armas sin tener que alejarse, daba una ventaja estratégica fundamental. Aun con todo, no todo fueron victorias y en la época en la que empezaron a construirse algunos de los grandes templos que vemos hoy también acabaron sucumbiendo a manos de los enemigos.
En torno al siglo VII después de varias décadas de oscuridad, Tikal vivió un nuevo período de poderío. Volvió a imponerse y dominar a sus enemigos y acabó de construirse la ciudad que a duras penas ha sobrevivido hasta nuestros días.
¿Qué ocurrió en Tikal para que en apenas unas décadas pasara de ser una de las ciudades más importantes y poderosas a ser abandonada y prácticamente desaparecer de la memoria colectiva? Ése es precisamente el gran misterio que la rodea.
A partir del siglo IX no se realizaron más construcciones, ni hay restos de ningún tipo que lleven a pensar que ni siquiera vivía alguien allí. Ni siquiera los expertos pueden asegurar con certeza qué ocurrió. Y eso que teorías hay muchas y muy variadas.
Una de ellas hace pensar que los habitantes de Tikal expoliaron el terreno de tal manera que se quedaron sin materiales de construcción, secaron sus fuentes de agua y dejaron yermos los campos de los que se alimentaban. Eso unido a posibles sequías o inundaciones devastadoras, les habría obligado a buscar otros lugares para sobrevivir, dejando atrás todo lo que habían levantado durante siglos.
También se ha hablado de las constantes guerras intestinas entre ciudades. Quizá en una de ellas los habitantes, que en alguna época superaron los 100.000, fueron arrasados completamente. Literalmente borrados del mapa y de la historia. En cualquier caso, es un misterio sin resolver que probablemente no se resuelva nunca.
Lo único claro es que en esta ocasión los conquistadores europeos no tuvieron nada que ver. De hecho, ni supieron de la existencia de Tikal. Sólo a mediados del siglo XIX algunos exploradores empezaron a advertir de que en esa zona del Petén, bajo siglos de vegetación, lo que parecían colinas eran muchisimo más bajo el verde que las cubría.
A día de hoy hay lugares que se pueden apreciar casi como cuando la ciudad estaba habitada por quienes los construyeron. Pero faltan todavía muchas décadas, por qué no siglos, para que podamos vislumbrar todas esas obras que todavía hoy se encuentran sepultadas por el abandono humano de casi 1.000 años. Date cuenta que ahora tu única preocupación es cómo llegar a Tikal en Guatemala pero hace unos años era muy complicado.
Cómo llegar a Tikal en Guatemala no es una tarea sencilla. De hecho, los turistas fugaces apuestan en muchos casos por saltarse esta maravilla de la humanidad. ¿Por qué? Por algo tan sencillo que es casi irrebatible: está muy a desmano. Así que en un viaje corto de en torno a una semana a Guatemala, muchos apuestan por aterrizar en la capital, desde allí desplazarse a Antigua, realizar expediciones a los volcanes y pasar después unos días en el Lago Atitlán. Todo interesante, pero da dolor de corazón saber que un visitante llega al país cuna de la cultura maya y lo abandona sin visitar el epicentro de su cultura.
La opción más rápida, cómoda y por supuesto más cara es trasladarse en avión. Desde Ciudad de Guatemala hay un buen número de vuelos diarios para llegar hasta Flores, lugar donde se encuentra el aeropuerto más cercano. No es que sea especialmente barato, pero por unos 120$ por trayecto te presentas en el norte del país en tan sólo una hora.
Muchos turistas que optan por volar, apremiados por el tiempo o por la razón que sea, suelen viajar a primerísima hora de la mañana y regresar a la capital a última del día después de hacer una visita express a la ciudad maya.
Si tu tiempo es muy limitado y quieres saber cómo llegar a Tikal en Guatemala de la forma más rápida, te recomendamos volar, pero nosotros sí haríamos al menos una noche en Flores, el Remate o junto a la entrada del propio parque. Sigue leyendo y entenderás por qué.
También te recomendamos que no viajes nunca sin un buen seguro de viaje que se adapte a tu estilo de viaje y al destino al que viajarás. Echa aquí un vistazo a todas la opciones con la mejor relación calidad-precio y encima con un descuento por ir de nuestra parte.
Si estás pensando en hacer este viaje, más de una vez te habrán dicho que llegar por tierra hasta Tikal es una locura, un viaje eterno, una incomodidad… y posiblemente tengan razón. Pero ¿sabes qué? Si no cometemos locuras de vez en cuando, ¿qué gracia tiene viajar? Esta es la opción de cómo llegar a Tikal en Guatemala más aventurera.
La cuestión es saber bien cómo hacer ese traslado. Si vas sin pensarlo mucho, tendrás mucho tiempo para pensar en el camino. El error más habitual es hacer el trayecto con la única idea de salir del punto A y llegar al punto B. Sin embargo, hay una versión de ese error que podría convertirse en un acierto.
Desde la capital hay servicio regular de autobuses que salen dirección norte. Pero la clave para no perder un día, ya que el trayecto dura entre 8 y 10 horas, está en cubrirlo de noche. No es que los buses sean los más cómodos del mundo, pero seguro que podrás dormir aunque sea a ratos. Al llegar no tendrás el cuerpo para muchas fiestas, pero te habrás ahorrado una noche de alojamiento y al amanecer estarás en Santa Elena.
Una cosa vital: ¡por tu madre llévate al autobús ropa de abrigo! Esta es la opción de cómo llegar a Tikal en Guatemala donde pasarás más frío. En Guatemala las temperaturas van a ser altas o como mínimo agradables en todo el país, pero esos vehículos parecen venidos desde la misma Antártida. Nunca hemos pasado tanto frío en ningún lugar.
En general no somos muy fan de movernos en estos vehículos, aunque por necesidad lo hemos hecho en muchas ocasiones. Y es que verás que a veces no hay una línea de autobús que cubra el trayecto que quieres hacer.
La mayoría son incómodos, parece que los conducen pilotos de Fórmula 1 y están lejos de ser un medio de transporte barato. Es verdad que son más rápidos que los autobuses, pero la idea es la misma: llegar de A a B con alguna parada intermedia mínima para ir al baño, comer algo y seguir. Esta es la opción de cómo llegar a Guatemala en Tikal intermedia pero no es nuestra preferida.
De las tres formas de llegar por tierra ésta es obvio que es la más cara y si sólo viajas tú o con otra persona, posiblemente, no te merezca la pena económicamente. Pero si sois por ejemplo cuatro personas, tenéis caballo ganador.
Muchas empresas te ofrecen este servicio y sólo se trata de negociar exactamente cómo hacer el recorrido. ¿Por qué pretender llegar en tiempo récord al norte cuando puedes por ejemplo hacer una parada en Izabal y conocer el Castillo de San Felipe? O incluso hacer una noche intermedia en Livingston…
Del mismo modo a la vuelta, puedes retornar por el interior y un par de noches en Cobán. Eso te permitirá entre otras cosas conocer las Cuevas de la Candelaria o las impresionantes pozas de Semuc Champey. Esta opción de cómo llegar a Tikal en Guatemala más interesante si viajas en grupo.
De esta manera es como nos movimos nosotros durante nuestro viaje en grupo a Guatemala en 2019 y sin duda fue lo mejor que pudimos hacer.
Más de uno habrá pensado “¿Cómo voy a acceder? Por la puerta ¿no?”. De perogrullo, claro. Sin embargo, cuidado porque no es tan sencillo como parece. Aunque tampoco nos pongamos dramáticos porque tampoco es tan complicado.
Para empezar todo lo que te hemos contado hasta ahora sobre cómo llegar, sólo te ha acercado a Flores, pero no al parque. Si vas con un conductor particular podrá llevarte hasta la entrada. Si no, todavía tendrás que tomar otro vehículo para llegar hasta la entrada de Tikal.
Hay tres tipos de entrada: la del amanecer, la normal y la del atardecer. Las dos últimas se pueden comprar en la entrada del parque, te colocan la pulserita correspondiente y listo. Sin embargo, si quieres ver el amanecer dentro del parque tendrás que traer tu entrada de casa. No literalmente desde casa, sino que tendrás que comprarla en las oficinas bancarias de Banrural. En Flores se encuentra con facilidad. Eso sí, nadie te va a librar de hacer cola.
La entrada normal cuesta 150 quetzales y la del amanecer y la del atardecer suman otros 100 quetzales cada una.
Obviamente la entrada normal hay que comprarla si se quiere conocer la ciudad ya que con las otras dos lo que se está pagando es más la experiencia en sí de esos dos momentos que la visita.
Así que te recomendamos que, si has llegado con tiempo suficiente para hacerlo, elijas entre amanecer y atardecer y veas la salida o la puesta del sol desde lo alto de sus templos.
¿A quién quieres más a mamá o a papá? No hay una respuesta fácil. Es una cuestión más del gusto personal de cada uno, pero nosotros nos quedamos con la salida del sol. Y eso que resulta duro de narices.
Si duermes en los alojamientos junto al parque tendrás que levantarte a las 4:00. Esto significa que si estás durmiendo en Flores, Santa Elena o El Remate, por ejemplo, el despertador sonará a las 3:00. Sí, esa hora en la que no sabes si ya es muy pronto para levantarse o muy tarde para acostarse…
Además, aunque durante el día se puede entrar al parque por libre, la entrada matinal sólo se puede hacer acompañado por un guía experto. Ten en cuenta que vas a entrar en mitad de la noche y, si es fácil despistarse por los senderos del enorme parque, imagina lo que tiene que ser perderse caminando totalmente a oscuras…
A pesar de todo, el momento en que en mitad de la oscuridad te sientas en lo alto de uno de los templos a esperar a que la luz lo ilumine es mágico. El día se va abriendo y empieza a escucharse a los animales que dan vida a un mar verde del que sobresalen las puntas de algunos edificios con siglos de historia.
A este momento le llaman “el despertar de la selva” y el nombre no puede estar mejor elegido.
Bueno ya sabes como llegar a Tikal en Guatemala así que vayamos a lo importante: Tikal. Así que, si nos has hecho caso, llevarás dos pulseritas: la del amanecer y la de la visita normal. Esto te permitirá tomarte todo el tiempo que quieras para visitar la antigua ciudad. Y hartarte a sacar fotos. Lo ideal, salvo que seas un experto en cultura e historia maya, es hacer una visita acompañado por un guía que te explique todo en profundidad.
Durante ese recorrido puedes aprovechar para hacer algunas fotos, pero lo mejor será centrarte en conocer lo que estás viendo y después volver ya sin el guía a los puntos que te hayan llamado más la atención para posturear todo el tiempo que quieras ante la cámara.
Era y es el centro neurálgico de la ciudad. Es absolutamente imponente. Dos templos encarados uno frente a otro con dos acrópolis, una a cada lado. Si existe la posiblidad de viajar en el tiempo e imaginarse la época de esplendor de Tikal, el momento es exactamente cuando uno se encuentra en el centro de la Gran Plaza.
El templo del Jaguar y de la Serpiente Bicéfala pelean por tu atención. Definitivamente no sabes hacia dónde mirar porque quieres mirar a todos los lados a la vez.
Además, es un punto fantástico para poner a prueba la acústica especial que tenían los templos mayas y que permitían a los dirigentes dirigirse al pueblo desde la parte alta y ser escuchado sin necesidad de gritar. Fantántico.
No hay que ser un lince… o un jaguar… para entender el nombre del plaza. Siete templos y un gran palacio rodean una explanada perfecta, por cierto, para sentarse a la sombra de los árboles y descansar un poco mientras se disfruta del entorno.
En el lado norte haciendo un pequeño trabajo de imaginación se puede intuir un auténtico estadio maya. No tenían campos de fútbol, pero construían estructuras donde practicar el juego de la pelota.
Los templos III, IV y V casi permiten entender la evolución de las excavaciones y trabajos que realizan los arqueólogos en Tikal. El III es prácticamente una pequeña montaña a los ojos de un observador poco atento. Está cubierto por vegetación de forma sorprendente. Pero está claro que la naturaleza reivindica lenta e inexorablente lo que es suyo.
El templo IV, desde el que se disfruta del amanecer, se ve perfectamente, pero todavía es mucha nada vegetación que lo cubre. Eso hace que sea un poco extraña la sensación que se tiene al subir por la estructura anexa que han instalado para llegar a lo más alto de forma segura y sin perjudicar al edificio.
Y el templo V parece que nunca ha sido abandonado. Los trabajos de restauración han sido impecables durante años y es tremendamente impresionante llegar desde la Plaza de los Siete Templos y darse de bruces con él. Te sientes muy, pero que muy pequeñito.
El número VI es otro ejemplo al que le falta muchísimo trabajo y muchísimos años para poder verlo como los de la Gran Plaza. Si a eso le unimos que es el que está más alejado del centro, se convierte en el menos visitado. Quizá precisamente por eso merece aún más la pena visitarlo. Posiblemente no encuentres ni un solo turista.
La zona llama Mundo Perdido tiene varios templos menores, pero lo que brilla con luz propia es la Gran Pirámide. Aquí también tendrás la oportunidad de subir hasta arriba del todo gracias a unas escaleras que se han colocado para poder hacer la visita.
Esta pirámide no tenía una finalidad funeraria ni mucho menos, sino que era un elemento básicamente de observación astronómica. Ahí precisamente radicaba su importancia para Tikal. Su alineación milimétrica con los templos principales resulta impresionante sobre todo si tenemos la oportunidad de estar allí durante los equinoccios o los solsticios.
Tikal es una zona arqueológica donde se sigue trabajando para conocer su historia. ¿Qué queremos decir con esto? Básicamente que no es un parque temático. Si ves una zona acordonada, no la saltes. Si hay templos a los que se puede subir, sube a ellos y no escales otros diferentes. Seguramente no encuentres a nadie que te lo impida, pero se trata de respetar y cuidar una herencia de la humanidad. Por cierto es Tikal es Patrimonio Mundial desde 1979.
Seguramente vas a pasar mucho calor, así que recuerda llevar una mochila con abundante líquido. Una visita tranquila y disfrutando de la ciudad puede llevar perfectamente seis horas. Seis horas caminando bajo el sol y con 35 grados te va a dar sed.
Es cierto que en algunos puntos, sobre todo junto a la Gran Plaza, verás que montan pequeños puestos ambulantes de bebidas frías (más o menos frías) y no será un precio exagerado. Pero no son tiendas, así que nadie te garantiza que vayan a estar allí el día de tu visita.
Por las mismas razones lleva algo de comida. Para ti. Te preguntarás ¿para quién si no? Es posible que te encuentres con monos, pizotes, cientos de aves y otros animales. Te podemos asegurar que su dieta equilibrada no incluye bocadillos de chorizo, patatas fritas o gominolas. No des de comer a los animales. Y, aunque les saques fotos, no les molestes. Es su casa, no la tuya.
En Tikal y en muchos lugares de Guatemala tendrás que pagar en efectivo. Por eso no olvides llevar tus tarjetas Bnext y Revolut. Ambas son totalmente gratuitas y te permiten retirar dinero de cualquier cajero del mundo sin tener que pagar comisiones. Y te podemos asegurar que cuando hablamos de cajeros en Guatemala, hablamos de mucho dinero en comisiones.
La Revolut te deja retirar 200€ y hacer transferencias internacionales y te la envían gratis si la pides desde este enlace. Con la Bnext no puedes hacer transferencias, pero podrás sacar hasta 500€ sin coste. Si la quieres, a través de este enlace te la mandan gratis a casa.
Como hemos dicho anteriormente una buena visita a las ruinas de Tikal obliga a dormir al menos una noche. Desde luego merecerá la pena. Pero hay que pensar muy bien dónde nos alojaremos porque dependiendo del lugar las opciones y los precios serán muy diferentes.
Las posibilidades para dormir en el propio parque son muy limitadas, pero si reservas con mucha antelación quizá puedas encontrar un hueco. Por ejemplo, el Jungle Lodge Tikal Hostel es un lugar con muy buena pinta y con un precio razonable. La ventaja principal es que estarás ya viviendo la sensación de estar en Tikal desde el primer instante. Y si haces el tour del amanecer, no tendrás que madrugar tanto.
Sin embargo, nosotros preferimos que el lugar nos ofrezca algo más aparte de que el acceso al parque sea rápido. El problema es que ahí no hay nada más que hacer, aunque no sea poco.
Isla Flores es un lugar encantador. Muy turístico, sí. Pero muy bonito también. Puedes pasear por la orilla del lago, dar una vuelta en lancha y elegir un lugar donde comer y cenar según tus gustos. No es la opción seguramente más barata, pero se puede encontrar un poco de todo.
Nosotros en la isla nos alojamos en el Hotel Casa Amelia y resultó un lugar encantador con un desayuno muy rico. Las vistas al lago y la terraza eran un plus muy interesante.
Si quieres tener un poco de vida, estar cerca de la isla, pero tratar de bajar un poco los precios, tendrás que alojarte al otro lado del puente. También hay oferta bastante variada. Además, es justo aquí donde te dejará el autobús, si esa así como has llegado desde la capital.
También pudimos conocer en primera persona uno de estos alojamientos y la experiencia fue impecable. Se llama Hotel Explore Lodge y fueron absolutamente encantadores y nos dieron muchas pistas para que la estancia en Petén no se limitara a ver Tikal.
La zona de El Remate esta a mitad de camino entre Isla Flores y Tikal y, aunque está un poco en tierra de nadie, lo bueno es que te permite alojarte en algunos hotelitos fantásticos en la orilla del lago y poder darte un baño en sus tranquilas aguas.
La última vez que visitamos la zona nos alojamos en el Hotel El Muelle. Comimos de maravilla, pero lo mejor fue tomar algo mientras mirábamos al lago.
Si estás pensando en viajar a Guatemala, recuerda que podemos diseñar tu viaje completamente a medida para que te enamores de un país que te sorprenderá de principio a fin.