¿Por qué se relaciona tanto a Gabo (Gabriel García Márquez) con Cartagena de Indias (Colombia)? Porque Cartagena de Indias es una ciudad mágica, como lo es el realismo mágico de los libros del escritor. En su universo está sin duda esta ciudad. Y tienes que saber qué ver en Cartagena de Indias. Esta es la Cartagena de Indias del autor.
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Mediante sus libros puedes entender mejor esta ciudad y viceversa. Este colombiano llegó a la ciudad en 1949 huyendo de la horrible situación que había en Bogotá. ¿Y qué sucedió? Que Gabo encontró la inspiración para escribir. Su musa fue “la reina de las Indias“.
UN VISTAZO RÁPIDO
Cualquiera que pasee por sus calles se dará cuenta que la ciudad está anclada en el pasado y te imaginaras a Gabo sentado en un banco escribiendo los bocetos de sus novelas.
Lo que más llama la atención de esta plaza es su torre doblada, doblada ni más ni menos que por el Demonio. Esta historia, que se transmite de padres a hijos la tenía totalmente interiorizada Gabriel García Márquez, ya que como él siempre ha dicho: “las cosas inverosímiles adquieren el carácter de acontecimientos cotidianos y los acontecimientos cotidianos se revisten con el asombro de las cosas inverosímiles”.
En realidad esta calle se llama “Nuestra señora de los Ángeles” pero se terminó llamando de esta forma porque era donde paseaban las damas más ricas. Precisamente en esta calle en 1948 estaba el Hotel Suiza, donde le había invitado un amigo adinerado de Gabo.
¿Cual fué el problema? Gabriel García Márquez llegó solo con 4 pesos y su amigo no estaba ese día en la ciudad. Así que sin dinero no pudo quedarse a dormir en el hotel y tuvo que hacerlo en un banco en el Parque Bolívar. Unos policías lo capturaron, le dieron de comer y acabó pasando esa noche en comisaría.
Es increíble ver cómo alguien tan humilde consiguió ser alguien tan grande a costa de su talento y esfuerzo. Hoy día existe la Fundación Gabo y si te gusta el periodismo, te encantará echar un ojo.
Esta amplia plaza se llama plaza Rafael Nuñez, aunque se le conocía en tiempo colonial como plaza de la mar. En esta plaza se celebraba la feria de los galeanos (eran barcos que venían de Sevilla y que comercializaban en estas tierras).
Cuando estos barcos se iban hacía que la ciudad se quedara con una gran tristeza esperando a que volvieran esos barcos, y esto hizo que muchos quisieran emigrar. Entre ellos… El mismo Gabriel García Márquez. Y esto le inspiró para hablar de la feria de gitanos en “Cien años de soledad”.
Sierva María de todos los Ángeles y su criada (“Del amor y otros demonios”) cruzaron por un puente que había justo debajo de la torre del reloj. Te lo imaginas, ¿verdad? Y es que la torre del reloj está llena de historia. Por esta puerta también entró el libertador Simón Bolivar antes de morir, y Gabriel García Márquez habla justo de esto en su novela “El general en su laberinto” en 1989.
Al principio este edificio era la entrada de la ciudad. Al principio tenía un puente y conectaba con la isla de Getsemaní. Esta puerta principal de 1631 de la ciudad desde que se completó el recinto amurallado, fue parcialmente destruida por Bernard Desjean, barón de Pointis.
En la reparación de 1704 se agregó el portal barroco y las cuatro columnas toscanas que lo adornan y se le añadió también dos bóvedas laterales a prueba de bombas para el almacenamiento de alimentos y municiones. Y no es hasta 1874 cuando se instaló un reloj que trajeron de Estados Unidos, y después de 63 años fue reemplazado por este que ves que ha sido importado de Suiza.
“Muchos años después frente al pelotón de fusilamiento el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo” (“Cien años de soledad”)
En este Camellón se hizo una manifestación política un año antes de que llegara Gabo y en medio del discurso salió un hombre muy peculiar con una bandera roja y lo elogiaron como héroe. Este hombre que era Coronel, inspiró al coronel Aureliano Buendía.
La casa de Gabril García Márquez en Cartagena de Indias está enfrente del mar Caribe y la construyó en 1990. Lo curioso del sitio es que antiguamente se comunicaba por un túnel secreto con el convento de Santa Clara que tiene al lado. Por este túnel entraba el padre Cayetano Delaura cuando entraba a ver a Sierva María de todos los santos (“Del amor y otros demonios”)
Esta era la plaza Mayor de Cartagena de Indias. Aquí se escribían cartas de amor para otros ya que el privilegio de saber leer y escribir eran sólo para la élite y los religiosos. Las cartas de amor que escribió Florentino Ariza a Fermina, nacieron en este parque Bolivar, donde se encontraban los escribanos en “El amor en los tiempos del cólera”.
En esta zona es donde se recreó la escena de los dos amantes Florentino Ariza y Fermina de “El amor en los tiempos del cólera”. Nunca sabremos si con todos los detalles históricos que tiene esta novela se basó en hechos reales o fue parte del mundo imaginario del autor.
El padre de Gabriel García Márquez quería que este fuera abogado y él estudiaba derecho en esta Universidad aunque afortunadamente para todos la abandonó. Seguramente Gabo paseaba por la calle San Agustín chiquita (muy cerca de aquí) donde vivía el abuelo del doctor Rafael Calvo una eminencia en la lucha contra el cólera. ¿Adivinas qué novela inspiró al autor?
Aquí estaba el hospital de la armada, que fue demolido. Este edificio era muy polémico, y Gabriel García Márquez lo hizo famoso porque en 1955 en plena dictadura militar había un marinero en ese hospital recuperándose de un naufragio. Gabriel, como periodista, no dudó en hacerle una entrevista al marinero y éste le contó que estuvo 10 días en el mar y que llevaban contrabando y por eso se hundió el barco en el mar.
Esto lo recopiló Gabriel García Márquez en “Relato de un naúfrago” y fué un éxito en todo el mundo. Pero Gabo tuvo que huir a México porque al Gobierno no le gustó que Gabo contara la verdad sobre el narcotráfico.
Cuando vayas a Cartagena verás que hay muchos negocios que se llaman “Macondo”. ¿Y sabés porqué usó ese nombr el autor? Gabriel García Márquez lo explica en su autobiografía “Vivir para contarla”:
“El tren hizo una parada en una estación sin pueblo, y poco después pasó frente a la única finca bananera del camino, que tenía el nombre escrito en el portal: Macondo. Esta palabra me había llamado la atención desde los primeros viajes con mi abuelo, pero sólo de adulto descubrí que me gustaba su resonancia poética. Nunca se lo escuché a nadie ni me pregunté siquiera que significaba(…). Lo había usado ya en tres libros, como nombre de un pueblo imaginario, cuando me enteré en una enciclopedia casual, que es un árbol del trópico parecido a la ceiba, que no produce flores ni frutos, y cuya madera esponjosa sirve para hacer canoas y esculpir trastos de cocina. Más tarde, descubrí en la Enciclopedia Británica que en Tanganyika existe la etnia errante de los makondos y pensé que aquel podía ser el origen de la palabra. Pero nunca lo averigüé, ni conocí el árbol, pues muchas veces pregunté por él en la zona bananera y nadie supo decírmelo. Tal vez no existió nunca”.
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5 Comments
Me encanta el colorido de Cartagena de Indias, y encima esos toques de arte callejero invitan a perderse por ella y callejear sin rumbo.
Un saludote.
¡Así es! Es una ciudad ideal para pasear. Un abrazo.
Se parece mucho a Cádiz, la verdad. Una ciudad ideal para pasear…
La señora que va con la cesta de fruta encima de la cabeza ¿iba con vosotros o es que está clonada y os la encontrabais en todas partes? ??
Nos ha encantado este paseo virtual con Gabriel, uno de nuestro escritores favoritos y sin duda una buena razón para visitar Cartagena de Indias. ??
Saludos.
Las mujeres que van con fruta en la cabeza la verdad es que están por todo el centro de la ciudad amurallada de Cartagena de Indias… ¡Increíble el equilibrio que tienen!