Fécamp no es una ciudad superturística por eso nos sentimos tan afortunados de haberlo visitado. Si quieres saber qué ver en Fécamp y alrededores desde luego estás en el lugar indicado. Tiene una Catedral impresionante, acantilados de película, historia y una playa rarísima. Ya te contaremos lo de la playa por si te da por bañarte en verano. 🙂
UN VISTAZO RÁPIDO
Nosotros salimos desde Rouen (Normandía). Si no la conoces es una ciudad preciosa que es la capital de Normandía y es donde hemos estudiado un par de meses francés en 2021. Sí, sí. Nos vinimos un par de meses a la escuela French in Normandy a aprender francés. ¿Por qué no empezar un idioma a los 40? Ha sido una experiencia muy chula, pero bueno, esa es otra historia. Si quieres info porque también estás pensando estudiar francés en Francia no dudes en contactarnos.
Para ir a Fécamp puedes ir en tren (pero ojo que la misma página del tren público de Francia muchas veces te ofrece combinaciones de tren y bus), en bus (esta es la opción más barata) o llevar tu propio coche ya sea alquilado o tuyo y esta es la opción con la que fuimos nosotros (fuimos con nuestra furgo)
Si quieres hacer una excursión a la playas de Normandía o un tour de la Segunda Guerra Mundial por Avranches por 9 euros, te dejamos el enlace aquí. 😉
Fécamp ha sido una ciudad muy importante. Por eso es tan importante que sepas qué ver en Fécamp. Hasta 1204 Fécamp fue la residencia de los Duques de Normandía y eso se ve en las casas tan bonitas que tiene el centro de la ciudad. No nos extraña que vivieran allí porque la Costa de Alabastro (kilómetros de acantilados) es un paraíso.
Además tienen un buen puerto y puedes ver el atardecer desde la playa. Nos imaginamos que todo esto lo pensarían los Duques cuando decidieron mudarse allí. En verano también hay en Fécamp una carrera internacional en catamarán pero nos imaginamos que por eso no vivían allí los Duques. Igual es que les gustaba mucho el arenque y las ostras. O el bacalao.
Aunque sinceramente, conociendo la historia de cualquier Duque creemos que lo que les llevó allí fue el famoso licor Bénédictine. Seguros que se ponían finos. Y a lo mejor después de beberse el licor se iban a hacer senderismo y ahí empezó la famosa ruta GR 21. Eso sí, tenían que tener una supercatedral para que se notara quien vivía allí y por eso existe la Abadía gótica de la Santísima Trinidad.
Fécamp es pequeñito así que sin problemas puedes verlo en un día. Pero como nosotros siempre decimos, si tienes dos días lo disfrutaras. Podrás pasear por su paseo marítimo o tomarte una cerveza mientras ves la puesta de sol. Pequeños placeres de la vida. 😉
Lo primero que te tenemos que contar es que es un centro de peregrinación de la Santa Sangre. No sabemos si sabes lo que es pero, la Santa Sangre es la sangre que derramó Cristo durante la Pasión. Lo de los Duques de Normandía de antes era broma, y es que la construcción del santuario se hizo en torno del año 658 y se hizo en torno a la reliquia de la Sangre de Cristo que llegó milagrosamente a las playas de Normandía.
Lo ideal es verla con un guía porque así te explica la leyenda de la huella que dejó “una persona” en el suelo de una de las capillas de la Abadía que portaba una espada que decía “Padre, Hijo y Espíritu Santo” (que son la Santísima Trinidad y que por eso le pusieron el nombre a la iglesia). Algo curioso que puedes ver en Fecamp desde luego.
También es interesante ver en la Abadía un reloj muy especial que te dice cómo están las mareas (muy importante en un pueblo pesquero). Nos alucina lo bien conservado que está porque es de 1667. Por eso no nos extraña nada que Fécamp sea una ” Ciudad de Arte e Historia“
A nosotros es que nos encanta que nos cuenten peculiaridades, como porqué nada más entrar en la Abadía hay escalones o que nos enseñen sus “secretos” como la torre por fuera de la muralla defensiva (esto nos alucinó). Nuestra guía era guía del Servicio Patrimonial de Fécamp y se llama Uli Rohsaint. Encantadora. Ella te enseñará qué ver en Fécamp maravillosamente. 🙂
Los horarios de apertura de la Abadía son desde el 1 de abril al 30 de septiembre de 09:00 a 19:00 y del 1 de octubre al 31 de marzo de 09:00 a 12:00 y de 14:00 a 17:00 (Ojo con los horarios de invierno)
Además la nave de la iglesia mide 127 metros lo que la hace ser una de las más grandes de Francia. Y algo que no tiene nada que ver pero que es muy interesante… Muy cerquita de allí están las casas más antiguas de la ciudad (puedes preguntar en la oficina de turismo) y justo en la esquina hay una charcutería taaan bonita que no parece una charcutería y da un hambre horroroso. ¿Por qué no puede ser una charcutería eso qué ver en Fécamp?
Lo que está muy cerca (justo enfrente) de la Abadía de la Santísima Trinidad es el Palacio Ducal, o más bien lo que queda de él. Aquí es donde vivieron los primeros duques de Normandía (con vistas a la Abadía). También Guillermo el Conquistador celebró su victoria aquí. Así que si quieres que te cuenten toda la historia de este lugar, lo mejor que puedes hacer es pagar una visita guiada por 5 euros en la oficina de turismo. 🙂
El faro del Cabo Fagnet fue instalado en 1836 y en 1904 fue utilizado como torre de señales y tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, fue usado como torre de observación para lo que le fue añadido un gran mirador, y así llegó a los 21 metros de altura. Y puestos de hablar de altura, lo que puedes hacer es coger el coche y subir al Cabo Fagnet (110 metros) y vas a ver unas vistas increíbles de los acantilados, el puerto y la ciudad de Fécamp.
Lógicamente ha sido un sitio estratégico durante las guerras por su situación geográfica y nosotros pudimos entrar en un búnker e imaginarnos cómo era la vida en su interior. La visita merece la pena pero a nosotros las guerras y los búnker nos entristecen mucho. (la puedes hacer con la oficina de turismo)
En esta zona te puedes imaginar perfectamente el Blockhouse del Muro Atlántico: ocupado por las tropas alemanas desde junio de 1940 a septiembre de 1944. Fécamp fue equipado en 1942 con una importante estación de radar integrada en el sistema del Muro Atlántico.
Y lo que también puedes ver allí arriba es la iglesia de los marineros como hay en cualquier ciudad marinera (Iglesia de Santa María de la Salud). Había que dar gracias por volver a casa e incluso había una ruta de peregrinaje “sente aux matelots” que conecta el puerto con la capilla (se sale desde quai Maupassant)
Si quieres hacer visitas guiadas a esta zona puedes escribir un email a patrimoine@ville-fecamp.fr y allí preguntar precios. Uli (nuestra guía)no habla español, pero sí habla italiano e inglés que igual que te viene mejor (o francés o alemán)
Es alucinante visitar un palacio brutal que además tiene mucha historia y que dentro de ese palacio hacen una bebida riquísima que es el Licor Benedictino. Yo al principio no me acordaba de qué licor se trataba, pero luego ves la botella y te suena de haberla visto en el super… Sin duda una de las cosas qué ver en Fécamp.
El palacio Bénédictine de Fécamp es una de las pruebas de que Normandía no dejó de sorprendernos visita tras visita. Por supuesto, habíamos visitado otros palacios fastuosos en Francia. También habíamos visitado otras fábricas de licores. Pero… ¿las dos cosas juntas? Pues no. Nunca. Para eso teníamos que llegar a Normandía.
El caso es que el Licor tiene mucha historia porque los monjes que vivían en Fécamp hace siglos, siempre hacían bebidas con hierbas, pero llegó un día un monje de Italia a la congregación de Fécamp y mezcló 27 tipos diferentes de hierbas (cardamomo, nuez moscada, angélica, cilantro, clavo, mirra, canela…) y se inventó el Licor Benedictino.
Tuvo mucha fama pero la receta se perdió durante años, con la suerte que la familia dueña de este futuro palacio que hoy en día se visita, se encontró la receta y la puso en marcha de nuevo. Esta familia rica heredó los libros antiguos de la Abadía y por eso encontraron la receta.
Los horarios del palacio Benedictino van cambiando dependiendo de la época del año que vayas. Para que te hagas una idea cuando fuimos nosotros (noviembre 2021), la tienda “boutique” abría de 10:00 a 19:30, el bar (es muy mono) abre de 10:00 a 20:00 de lunes a jueves y el domingo, y los viernes y sábado a lo loco cierra a las 22:30. El museo de lunes a domingo abre de 10:00 a 11:30 y de 14:00 a 17:00. Así que ojo con las horas, míralo antes en su web.
En cuanto a las visitas hay varios tipos. El “Discovery Experience” o “Decouverte Bénedictine” que es el que hicimos nosotros y cuesta 14 euros, el “Connaisseur” (22 euros), el “Priviledge experiences” (30 euros) y el “Initiation cocktail experience”(20 euros) o ya si te vienes arriba hay un taller de Cócteles Bénedictinos. (48 euros)
Es mejor que reserves porque cuesta lo mismo y ya sabes que vas a entrar seguro. Nosotros por ejemplo reservamos a las 10 y en realidad llegas a esa hora, pero la visita guiada no comienza hasta las 10:45 así que te dan ese tiempo para que vayas al baño, y para que veas algunas salas que tienen de exposición que son una preciosidad y muchas curiosidades.
En las salas que vas viendo antes de hacer el tour propiamente dicho nos sorprendió sobre todo la última ya que ahí te das cuenta de lo importante que es y ha sido este licor a nivel internacional. Tenía grandes paneles en Nueva York, es muy curiosa el tipo de publicidad Art Nouveau que hacían y también nos llamó la atención las diferentes botellas del licor dependiendo para el país que fuera.
Luego ya llega el momento de la visita, donde te explican cómo se fabrica el licor para llegar finalmente a la cata del licor, y lo que haces es probar tres tipos diferentes. Pruebas primero el licor Benedictino original que es muy dulce, luego hay otro que es mezclado con brandy (está muy rico y se llama “Single cask” y ha llevado 8 meses en las barricas) y el otro con coñac (más fuerte, ya que ha llevado 12 meses en las barricas). El primero tiene nada más y nada menos que 300 gramos de azúcar y miel. Pero lo que no mata, engorda, todos lo sabemos.
En la tienda el precio del licor Benédictino (el normal y de un litro) es de 28 euros. La verdad es que no tenemos ni la más remota idea de lo que cuesta en el super, pero si te ha gustado, seguro que el precio es más barato que en tu país y te llevas un recuerdo dulce de Fécamp. 😉
Es un edificio enorme que tiene 5000 metros cuadrados y además está en pleno puerto justo al lado del le marché aux poissons. Por lo que un planazo puede ser visitar el museo y luego irte a comer unas ostras justo al lado. ¡Y el museo tiene unas impresionantes vistas desde la terraza ya que se puede ver 360 grados de toda la ciudad!
Tenéis que ir al Carrefour que está al lado del supermercado de “La Marée” (es el único Carrefour que hay en el puerto) y comprar cerveza, vino o un refresco y veis el atardecer en la playa. Nosotros fue lo que hicimos y nos encantó el plan. Por cierto, si necesitas wifi, como en cualquier país del mundo el Mcdonalds te salva la vida (hay que ir en coche porque está un poco retirado del puerto).
Nada más llegar a la playa lo que vas a ver son estas esculturas tan monas, que le den un aire bohemio. Por cierto, a nosotros nos sorprendió que la playa fuera tan extensa, que fuera como una montaña (tiene mucha pendiente) y que no hubiera ni pizca de arena (son piedras). No te pierdas ni el atardecer ni el amanecer porque merece la pena.
Nosotros tuvimos la suerte de tener un fin de semana con muy buen tiempo (y mira que fuimos en otoño) y vimos uno de los amaneceres más bonitos que hemos visto en mucho tiempo. Era de tonos pasteles, muy difuminados. Precioso. No nos extraña nada que Monet estuviera todo el día pinta que te pinta… 😉
En el museo de Paris, Musée d’Orsay, puedes ver el famoso cuadro de Monet “Falaise de Fécamp” que no quiere decir otra cosa que el acantilado de Fécamp. Así que puedes mirar esos acantilados con la mirada que tendría Monet y para ello te ayudan en el paseo marítimo con un panel donde te enseña uno de los cuadros de Monet justo en el sitio desde donde está la perspectiva.
Es un mercado muy pequeñito en el que puedes comprar mantequilla y verduras básicamente, productos de granja. Y nosotros fue lo que hicimos, le compramos mantequilla a una señora (nos costó 2,40 euros).
Los precios no estaban nada mal, el litro de leche cuesta un euro, la docena de huevos de granja 3 euros o la crema de leche de medio litro cuesta 3,60 euros. Había pocos puestecillos eso sí, pero todos los dependientes tenían una sonrisa en la boca y eso es una alegría.
También nos compramos un paraguas estupendo a la salida del mercado. Yo nunca había visto un paraguas con doble fondo y que además si lo pones de pie se sostiene sólo. Una maravilla por 10 euros. Y de lunares. 🙂
Muy cerca del mercado está el bar Café des sports que es típico bar donde van los abuelos a hacer apuestas y se toman un carajillo a las 7 de la mañana. Pues allí desayunamos un día. Un café y un chocolate por 5, 20 y lo amable que era el camarero, gratis.
Nosotros cada vez que nos montamos en un barco decimos que vamos a hacer un “crucerito” en el puerto Sadi Carnot y la verdad es que nos sentimos así. Nosotros lo que hicimos fue un crucerito en un barco de vela (“Old sailing ship Tante Fine”) donde cabían poquitas personas. El barco no navega lejos, más bien se pone frente por frente a Fécamp en el mar. Pero si el día está bonito seguro que podrás hacer unas fotos muy bonitas del barco, del puerto, y de las vistas de Fécamp desde el mar.
Además es una experiencia divertida (para ir a Fécamp con niños o en familia) porque el capitán te propone que le ayudes a levantar determinadas velas en algunos momentos y te crees que eres un marinero de toda la vida. Para hacer nuestra excursión también puedes preguntar en la oficina de turismo. Dura 2 horas. (La hicimos de 14:00 a 16:00)
Otra opción es coger otra excursión en barco que te lleva a Etretat. Nosotros esta no la hicimos, pero te pasamos la info. A los adultos les cuesta 38 euros, los niños 32 euros y el grupo tiene que tener un mínimo de 6 personas y máximo 12. Sale todos los días a las 10:00, 12:15, 14:30 y 17:00 (dependiendo del tiempo, claro)
Nosotros nos dimos un homenaje en Fécamp en “La Fourchette”. Nos pedimos dos menús cada uno, y además una copita de champagne por aquello de la novelería. La cena nos costó 60,80 (7 euros la copa de champagne) y este fue nuestro menú: El de Sandra (ostras de primero, mejillones con roquefort de segundo y tiramisú de postre) y el de Roberto (foie de pato de primero, filete de segundo y variedad de quesos de postre). El sitio era muy pequeñito, no estaba en primera línea y nos gustó precisamente por eso.
Comimos ostras ríquiiiisimas aquí, en le marché aux poissons. Está abierto los sábados de 09:00 a 12:30 y de 15:00 a 19:00. Allí mismo te puedes comprar una botellita de vino y el marisco que quieras (te lo cuecen allí si quieres, también en una máquina hiper rápida)
Abre los fines de semana (es cuando nosotros fuimos) y además también abre los martes. En verano abre todos los días, eso sí. Os aconsejamos que pidáis consejo a las chicas que trabajan allí porque hay mucha cantidad de ostras a muy buen precio. Nosotros probamos unas que eran mitad dulces mitad saladas de “Veules les roses” número 3 y otra que venía de la playa de “Utah beach” número 2 que tenía tonos afrutados. Para flipar.
Nos hicieron muchas recomendaciones pero lógicamente no pudimos ir, así que os la dejamos por aquí y si vais a alguno de esos sitios dejadnoslo en los comentarios y lo compartimos. Por cierto, en casi todos ponen los precios fuera así que míralos antes de entrar y así no te llevas un disgusto. 🙂
Podéis ir a Chez Nounoute (son comidas normales y marisco), Le Vicomté (hacen “cuisine du marché” y cambian el menú según lo que haya en el mercado), La Table de Benoit (este es como más refinado), Le Spazio (es una pizzería cerca del puerto), Le Barbican (es pequeñito y tiene “cusine du marché y dicen que el mejor fish and chips fuera de Reino Unido) y La Marée (especializado en marisco que ellos mismos crían con vistas al puerto).
Así es como descubrimos que en Fécamp van pocos españoles. Cuando entramos en esta cafetería (Brûlerie Fécampoise) todo el mundo nos miraba, y los dueños de la cafetería no pudieron evitar preguntarnos si éramos italianos o de dónde éramos. Suuuper simpáticos. El café y el chocolate también muy rico. El precio del café es de 2,40 euros.
A ver, un crep te lo puedes comer en Normandía en cualquier esquina, pero el que nos comimos nosotros estaba muy rico y cerca de el puerto de Fécamp por si te coge por la zona. Se llama La Double 6 y por ejemplo en este sitio la cerveza más popular y barata de Francia (la Affligem) costaba aquí la más pequeña (25 centilitros) 4,20 euros.
En cuanto a los creps por ejemplo el típico de nutella aquí cuesta 5 euros y el crep “normando” con manzana, canela y licor Calvados flambeado cuesta 8 euros. Nosotros nos pedimos un café noisette, una cocacola y un crep con mantequilla y azúcar y pagamos 9,30 euros. El crep estaba muy rico. 🙂
Sin duda te diríamos que compraras latas de conserva de pescado en La Bouquet Normand. ¡Son una delicia! No te creas que son cualquier cosa. Las hay de salmón, de arenque, de bacalao… Nosotros compramos también salmón bueniiisimo con pimienta y las latas de sopa de pescado tenían una pinta increíble. Deberíamos haber comprado más “Rillete Safate Fumé“. Ese es nuestro consejo. 😉
SI tienes 2 días para ver Fécamp lo vas a poder disfrutar todo muchísimo más. Vas a poder ver todo despacio, con detalle. Así que te vamos a proponer otras actividades que nosotros consideramos se pueden hacer sólo si tienes tiempo de sobra (no intentes abarcar demasiado o lo verás todo deprisa y mal)
Es la ruta de senderismo más famosa de Normandía y aunque nosotros no la hemos hecho, hemos visitado muchos pueblos que están en esa ruta y te podemos confirmar que tiene que ser preciosa hacerla. A Roberto le gustaría hacerla corriendo, y a mi en bici.
El caso es que si te quedas un fin de semana en Fécamp y te hace bueno, nos parece que es un planazo ir andando a Étretat (y quizás volver en bus). Son solo 7 horas y media, y unos 22 kilómetros. Iras viendo el mar, los acantilados y el verde característico de Normandía. Y por supuesto cuando llegues a Étretat veras los famosos acantilados que inspiraron las pinturas de Monet. Y si te vienes arriba te dejamos en este mapa toda la ruta que puedes hacer por la Costa de Alabastro.
Antiguamente, Fécamp era un importante puerto pesquero y desde aquí partían barcos hacia Terranova frente a las costas canadienses para pescar bacalao. Si te interesa saber más, lo mejor que puedes hacer es visitar el Museo de la Pesca. El edificio es interesante porque es un antiguo secadero de bacalao y allí podrás saber más de la vida de los pescadores de Fécamp y de cómo era la vida en la región de Pays de Caux.
Si vas con niños a Fécamp igual necesitas que corran un poco y te viene bien llevarlo a los Jardines de Louanne: Más de 15.000 metros cuadrados de jardines que abren de mayo a septiembre. Pero ojo que abre de 14:00 a 18:00 y cuesta 7 euros los niños y los niños con menos de 12 años entran gratis.
Es el paraíso de los más golosos y es perfecto para descubrir la historia, la cultura, la transformación de la semilla de cacao en barra de chocolate. Además también hay una colección de cajas antiguas, chocolateros de otra época…Y por supuesto podrás probarlo. 😉
El horario es de lunes a sábado (los domingos está cerrado) de 09:00 a 12:00 y de 14:00 a 18:30 (excepto los sábados que cierra a las 19:30) y tiene un precio de 4,5 euros. Los niños solo pagan 3 euros si tienen entre 6 y 12 años.
El casino de Fécamp está al final del paseo marítimo y si te gusta de vez en cuando jugar, te diremos que es el sitio que cierra más tarde para tomar algo. Nosotros no somos amantes al juego pero te lo contamos por si te apetece ir. De lunes a jueves, domingos y festivos abre de 09:30 a 02:00 am y los viernes, sábados y días previos al festivo abre de 09:30 a 04:00 am.
Lógicamente estás en la Costa de Alabastro y además de saber qué ver en Fécamp, querrás saber qué ver en los pueblos preciosos que hay a tu alrededor. Si tienes más días de vacaciones te aconsejamos sin duda que visites tanto Étretat como Veules Les Roses, ambos pueblos merecen mucho la pena.
Y si no tienes tiempo, igual te coge de camino y al menos puedes ver la playa de Yport. Es un pueblo pesquero donde el ambiente es agradable. La gente está tranquila tomando el sol, hay barquitas ancladas en la arena y algún que otro bar para tomar una cerveza a gusto.
En 1929 era clasificado como balneario, muchos hombres famosos han veraneado allí como Maupassant o Boudin. Las casas combinan El Art Nouveau y Neo-Norman y se caracterizan por grandes volúmenes y grandes ventanales. Es un pueblo pequeño pero coqueto.
¡Y no te olvides que si tienes la suerte de ir a Fécamp entre el 29 de junio y el 3 de julio de 2022 podrás ver centenares de barcos clásicos de Normandía en su famosa “Grand´Escale”!