Solamente el hecho de visitar el museo en ese edificio ya es una gozada, porque el mismo Rodin vivió allí. Así que si quieres saber qué ver en el museo Rodin te vamos a dar todos los tips necesarios para que aproveches tu visita al máximo. Es fácil distraerse (y es bonito al mismo tiempo) en esta casa- Museo tan mágica. ¡No nos extraña que encontrara tanta inspiración allí!
Y si quieres viajar y más en estos tiempos… Es super importante que lo hagas con un SEGURO DE VIAJES. Imagínate que a última hora no puedes viajar, que te pones enfermo, te pierden la maleta, tienes una caída… Te pueden pasar taaaantas cosas… Y nosotros solo te vamos a recomendar IATI porque es el que usamos hace años y porque cuando nosotros tuvimos un accidente en Panamá nos salvaron la vida. AQUÍ TIENES UN ENLACE PARA QUE TE HAGAN UN DESCUENTO DE NUESTRA PARTE.
Tienes que saber antes de entrar que la visita al museo es muy interesante porque se hace en orden cronológico. De forma que al principio vas a ver como Rodin se esforzaba en hacer lo que podía vender para sobrevivir (obras para ricos), y como luego se convierte en un artista consagrado y hace verdaderas obras de arte.
UN VISTAZO RÁPIDO
Está abierto de martes a domingo de 10:00 a 18:30 (la hora de límite de ingreso son las 17:45) y el precio de la entrada es de 13 euros. El precio reducido del museo Rodin es de 9 euros. Pero por si te interesa, hay también un billete combinado del Museo Rodin de Paris + Museo Picasso de París por 21 euros. También puedes ir con el “Paris Museum Pass” (2 días cuesta 52 euros, 4 días cuesta 66 euros y 6 días cuesta 78 euros).
Para comprar te recomendamos la entrada online y el audioguía (cuesta 6 euros).
Está en la calle “77 rue de Varenne”. Si vas en metro (que es lo más cómodo), tienes que bajarte en la parada Varenne (Línea 13) o Invalides (Línea 13 y línea 8). Si vais en tren RER, la parada es “Invalides” (Línea C) y si prefieres ir en bus las líneas que te llevan son la 69, 82, 87 y 92.
El museo Rodin está situado en el antiguo palacete Peyrenc de Moras, que es conocido con el nombre de Hotel Biron. Es una joya de la arquitectura parisina que no sólo tiene las obras de Auguste Rodin y de Camille Claudel, sino que también está la propia colección de Rodin.
En realidad este palacete era de un particular que quería tener una mansión urbana y de veraneo. Pero el pobre hombre murió antes de finalizar las obras y la viuda le vendió el palacio al futuro mariscal de Biron. Este hombre modifica poco lo que es el edificio pero convierte los jardines uno de los más famosos y bellos de París. (A la moda inglesa y sin duda algo imprescindible qué ver en el museo de Rodin).
Es verdad que es curioso que a partir del siglo XIX la finca se llega a alquilar para fiestas campestres donde se celebras conciertos y fuegos artificiales (no puede ser más bonito desde luego, no nos extraña nada). Aquí se instala desde uno de los embajadores del papa como el emperador de Rusia. También se instalan las religiosas que fundaran la Sociedad del Sagrado Corazón de Jesús y que crearon un colegio de chicas. (Por esa época el jardín se convierte en un huerto).
Luego el eficio se pone en venta y la finca empieza a recibir inquilinos entre los que destaca el pintor Henri Matisse o la esposa del poeta Rainer Maria Rilke por la que Rodin descubre la finca. En 1908 el escultor alquila cuatro habitaciones en la planta baja y se instala con sus talleres. Es en 1911 cuando la finca se vende al Estado para crear el hotel Biron y todos los inquilinos se van menos Rodin que se niega. Es en 1919 cuando finalmente el museo es inaugurado en este sitio con tanta historia.
Gracias a la última sala donde puedes ver cuales eran las verdaderas obras que tenía en su habitación gracias a informes de la época. Esto fue lo que dijo Rodin:
“Lego al Estado todas mis obras en yeso, mármol, bronce y piedra, mis dibujos, así como la colección de antigüedades que tuve el gusto de reunir, para el aprendizaje y la educación de artistas y trabajadores. – Le pido al Estado que conserve estas colecciones en el hotel Biron, que se convertirá en el Museo Rodin, reservándome el derecho de residir allí durante el resto de mi vida“.
Auguste Rodin, 1909.
Al confiarle Rodin al museo las ediciones originales de los bronces, el escultor dotó al museo de autonomía financiera. Durante cien años, esta actividad ha contribuido al equilibrio financiero del museo y a las obras de renovación de sus dos centros.
Pero bueno, aquí hemos venido a saber qué ver en el museo Rodin, y para que puedas tener una magnífica visita, nosotros te aconsejamos que compres la audio guía. La verdad que gracias a ella te sumerges mucho más en la historia.
Además como te hemos comentado antes, no sólo descubrirás las obras de Rodin, sino también obras de su colección particular donde tenía cuadros de Van Gogh o Monet por ejemplo. También es interesante ver el boceto de sus obras y luego ver cómo quedó la escultura. Es verdaderamente sorprendente. La delicadeza de cómo acaba sus obras.
Dicho lo cual, para nosotros los imprescindibles que no te puedes perder bajo ninguna circunstancia son estas obras:
Se hizo en 1880 en su tamaño original (70 centímetros) para decorar “La Puerta del infierno” y en realidad se llama “El poeta”. Representa a Dante (el autor de “La Divina Comedia” que inspiró “La puerta del infierno” y si te fijas está inclinado hacia delante para observar los círculos del infierno meditando sobre su obra. Es a partir de 1888 que la obra cobra importancia y se convierte en una obra autónoma. En 1904 incluso se amplía y es todavía más famoso. ¡Es sin duda una de sus obras más famosas!
Esta escultura es de nuestras preferidas. Está hecha en mármol y fue un encargo del Estado en 1888, y Rodin lo tayó entre 1888 y 1898. Luego estuve en el museo de Luxemburgo en 1901. Esta escultura también fue creada para formar parte de “La puerta del Infierno” y representa a Paolo y Francesca, personajes de “La Divina Comedia”. La pareja fue “pillada” por el marido de Francesca que les sorprendió besándose y ambos enamorados fueron condenados a errar en los infiernos. Lo cierto es que Rodin puso esta escultura en “La Puerta del infierno” pero luego se dio cuenta que representaba la felicidad y la sensualidad y que estaba en contradicción con el tema del proyecto. Así que la empezó a mostrar a partir de 1887. ¡Menos mal que el mundo pudo completarla!
Lo más alucinante de esta escultura es que como comprobarás cuando vayas al museo Rodin, a Rodin le encantaba ensamblar piezas (lo entenderás con la sala curiosa que hay casi al final del museo). La historia es que esta escultura surgió del ensamblado de unas piernas para San Juan Bautista y de un torso. Rodin los unió en 1900 y de esta forma enfocó de otra manera la Antigüedad. Esta obra está considerada como el símbolo de la creación pura, como imagen del movimiento.
“Esto es una mano… rota a ras de la muñeca. Ya no tiene dedos, nada más que una palma, y es tan verdadera”, admiraba, “que para contemplarla, verla vivir, no necesito los dedos. Mutilada como está, me basta, pese a todo, porque es verdadera”. (Rodin, 1904).
Debemos decir lo primero que es una pena que a esta escultura se le nombre antes la relación que tuvo con Monet que su propia obra, pero es cierto que todo el mundo la situa así. Pero por favor, admira su obra porque es una maravilla. Te vamos a contar un poco además su historia para que la admires aún más.
Esta chica que era de familia de dinero, desde pequeña se interesó por el arte y estudió en la Escuela de Bellas Artes de París. Y justo va y se enamora del profe sustituto en la escuela… Rodin. Ella comienza a ser su musa pero por aquel entonces ella tenía 19 y él 43. Estuvo 14 años con él, pero la pobre no pudo centrarse bien en la escultura porque tuvo una relación con él bastante tormentosa… Él estaba casado y encima tenía más amantes.
Es por eso que queremos que te fijes con atención la belleza de esculturas que hizo en mármol verde una vez que dejó la relación con Rodin, porque parece que renace el cisne y sale a flote la artista que siempre fue.
La historia acaba mal, porque ella “enloquece” (aunque su reacción fue de lo más normal) y se le diagnostica “una sistemática manía persecutoria acompañada de delirios de grandeza”. Vaya, que pasó el resto de su vida en un psiquiátrico 🙁
Así, que solo por su memoria hacednos el favor de admirar la obra de esta gran artista que nada tiene que envidiar a Rodin. ¡Dejadnos en los comentarios que os parece su obra!
Esta es la sala de la que te hablábamos antes en la escultura de “El caminante”. A nosotros nos gustó esta sala porque en ella se podía ver trozos de pies, manos, dedos… Y es que Rodin hacía ensamblaje en sus obras, lo cual lo vemos dificilísimo, pero por ello nos deslumbra tanto. Vamos, que tenía trozos de otras figuras por si las visualizaba más en otras.
El museo de Rodin es precioso, y sus obras también. Pero sin duda algo que ver en el museo de Rodin sin duda, son sus jardines. ¡Son una preciosidad! Dar un paseo por ellos y seguir observando sus esculturas es algo que te encantará. Son enormes y como ves mientras estás haciendo la visita en el Museo puedes observar a otros turistas paseando en ellos.
Infórmate ANTES de entrar si hay alguna exposición adicional para que no te pase como a nosotros. Estuvimos viendo el museo tranquilamente, paseando por los jardines… Y estábamos tan felices que se hizo casi de noche y no me di cuenta que cerraba temprano (has de tenerlo en cuenta en tu visita). Todo bien porque estábamos disfrutando, pero cuando íbamos a salir nos dimos cuenta que había una exposición de Picasso muy interesante que se podía ver gratis con la entrada del Museo de Rodin y lógicamente también estaba a punto de cerrar.
¡Esperemos que este post te sirva mucho para aprovechar tu visita!